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| Es un gecko de tamaño pequeño a mediano, con una longitud total de unos 10–15 cm aproximadamente. Conocido como gecko de cola gruesa del desierto o Namib sand gecko. Coloración: cuerpo de tono beige a arena muy claro, ideal para camuflarse en el desierto. Ojos grandes con pupilas verticales; son nocturnos y se adaptan a la actividad nocturna y crepuscular. Tiene dedos con almohadillas adhesivas, lo que le permite trepar ligeramente sobre superficies lisas y arena fina. Cola gruesa y carnosa, que sirve como depósito de grasa para sobrevivir en ambientes con escasez de alimento. Comportamiento especial: por la noche, la piel de Pachydactylus rangei puede reflejar la luz de manera que parece brillar ligeramente, lo que es un fenómeno natural relacionado con la textura de sus escamas y la luz ambiental en el desierto. Comportamiento general: es un gecko terrestre y excavador; durante el día se entierra completamente en la arena para protegerse del calor extremo y depredadores. |
ALIMENTACIÓN
Dieta insectívora: grillos, pequeños escarabajos, gusanos y otros invertebrados.
Se alimenta activamente durante la noche, cazando presas en la arena.
En cautiverio, se recomienda ofrecer insectos gut‑loaded (alimentados previamente) y suplementarlos con calcio y vitaminas, especialmente para ejemplares jóvenes.
Las presas nunca deben ser más grandes que la cabeza del gecko.
Adultos: alimentarse 2–3 veces por semana; juveniles: con mayor frecuencia.
HÁBITAT NATURAL
Localización: exclusivo del desierto de Namib en el sur de África, principalmente en Namibia y zonas adyacentes.
Terreno: dunas de arena fina, planicies arenosas y zonas semiáridas.
Clima: desértico, con temperaturas extremadamente altas durante el día y bajas por la noche; humedad muy baja, con rocío matutino que aprovecha para hidratarse.
Refugios: se entierra completamente en la arena durante el día, usando madrigueras y grietas de arena como escondite.
Estilo de vida: nocturno y crepuscular, cazando insectos en la arena.
CUIDADOS EN CAUTIVERIO
Terrario y sustrato
- Sustrato: arena fina y limpia, que permita excavar y enterrarse.
- Es recomendable incluir escondites como piedras, cuevas o tubos para simular madrigueras.
- Tamaño del terrario: mínimo 40×40×40 cm para un par de ejemplares; puede aumentarse para grupos pequeños.
- Al ser principalmente terrestres, la parte baja del terrario es lo más importante, aunque pueden trepar ligeramente.
Temperatura y humedad
- Zona cálida: 28–32 °C durante el día, con un punto de calor puntual hasta 35 °C.
- Temperatura nocturna: 20–24 °C.
- Humedad: baja, entre 20–40 %; pulverización ligera por la noche para simular el rocío opcional.
- Siempre ofrecer un recipiente con agua fresca.
Iluminación y calefacción
- No requieren luz UVB, aunque una fuente ligera puede ser beneficiosa para la salud ósea en cautiverio.
- Mantener un ciclo de luz/oscuridad de 12 horas de día / 12 horas de noche.
- Durante la noche, se puede observar cómo sus escamas reflejan la luz, creando un efecto de brillo nocturnocaracterístico.
Limpieza y mantenimiento
- Retirar restos de comida y excrementos regularmente.
- Cambiar la arena por completo periódicamente para mantener la higiene del terrario.
Comportamiento y manipulación
- Son tímidos y sensibles al estrés; la manipulación debe ser mínima.
- Nocturnos y crepusculares; suelen permanecer escondidos durante el día.
- Machos pueden ser territoriales; conviene precaución si se mantienen varios juntos.

